lunes, 14 de diciembre de 2009

Juan Filloy-Algo Suyo Se Quedó En Sus Calles


Sus obras se proyectan por el mundo con el acento de una ciudad que lo cobijó durante la mayor parte de su vida, dejando a lo largo de su fecunda existencia de 106 años el legado de una vasta producción literaria que abarca los más diversos géneros.
Nació en Córdoba, aunque residió durante 64 años en Río Cuarto. Fue importante fuente de inspiración para escritores como Julio Cortázar, quien se refiere a su obra en “Rayuela” y en “La Vuelta al día en ochenta Mundos”
Es que para Río Cuarto su nombre es algo más que el nombre de un gran escritor, es constitutivo de una idea de ciudadanía y es consustancial a lo mejor de su historia.

Tanto quienes conocen finamente su imponente literatura y quienes tuvieron la dicha de mezclarse en la sucesión de sus días, como aquellos que apenas intuyen el fulgor de su figura a fuerza de oír su nombre mentado al borde del bronce, saben lo que significa Juan Filloy para la historia de esta ciudad que él eligió porque le permitía vivir consigo mismo.
Acostumbrada a pugnar contra el olvido, desde el silencio imponente de su propia contextura, la obra de Juan Filloy se abre, seguramente, a un universo de vasta exploración que hasta hoy no ha conseguido, al menos en la dimensión que se merece.
Pero hoy resulta imprescindible saludar al Juan Filloy más recóndito, al ciudadano, al hombre que le ofreció su genio cotidiano a una ciudad, esta Río Cuarto que fue su lugar elegido.
Su figura y riqueza idiomática lo hacian casi inabordable a la hora del reportaje. Juan Filloy se preciaba de tener el récord mundial en construcción de palíndromos (esas palabras o frases que se leen igual en ambos sentidos).
Acaso hubo búhos acá?
Ateo por Arabia iba raro poeta.
No di mi decoro, cedí mi don.
No lata, no: la totalidad arada dilato talón a talón.
Sólo dí sol a los ídolos y algunos relacionados con la política, como “Allí tápase Menem esa patilla”
Algunas Frases del maestro:
“La sangre está en la punta del pelo y en el filo de la uña. El arte sin emoción no sirve para nada. Es una música seca, no vibra”.
“Escribir es doloroso. Muy Doloroso. Es un acto humano que le cuesta a usted sacrificio”.
“La novela muchas veces se tranca y no se sabe para qué lado rumbear. El sueño suele indicar cómo seguir”.
“¿Inspiración o trabajo? Trabajo. La inspiración no existe, se trata de sentarse todos los días”.
“Yo tengo unas hojas sueltas en las que hago anotaciones con temas simples. Tengo los bolsillos llenos de palabras”.

Por eso que quizás, a veces, el aire de la plaza del centro se transforma,se llena de un perfume a recuerdos nobles, es Juan Filloy del ayer que pasa en su caminata matutina.